lunes, 23 de julio de 2012

Las Fobias


Que son las Fobias:
Las fobias son un trastorno psicológico que tiene una amplia incidencia en la población mundial. Una de cada veinte personas, aproximadamente, padece una fobia de uno u otro tipo. ¿En qué consisten? El manual de diagnostico de los trastornos mentales (DSM-IV) las define como un “temor acusado y persistente que es excesivo o irracional, desencadenado por la presencia o anticipación de un objeto o situación específicos”. Una persona fóbica siente un miedo exagerado y sin sustento real ante determinadas situaciones u objetos, y en ocasiones esto puede incluso provocarle malestar físico: temblores incontrolables, mareos, sudoración excesiva, palpitaciones, etc. En los casos más extremos, pueden llegar a producirse ataques de pánico.
¿Por qué algunas personas padecen de fobias?
Las causas de la aparición de una fobia no siempre están claras. La mayoría de ellas tiene su origen en la infancia, si bien no deben confundirse con los temores infantiles normales que van superándose conforme madura el niño. Las fobias persisten en la edad adulta e incluso se pueden incrementar, aún cuando el paciente es consciente de que sus temores son irracionales y sin fundamento.
Hay quienes dicen que existe cierto componente genético en las fobias (si un padre la padece, puede llegar a transmitírsela a sus hijos), pero los expertos no están de acuerdo en qué papel juega en estos casos la biología y cuánto corresponde a la crianza: es posible que la transmisión del miedo se deba a que el niño teme aquello que ve que tanto afecta a sus padres.
Un episodio traumático puede llegar a desencadenar una fobia.
Las mujeres padecen fobias con más frecuencia que los varones
¿Se puede curar una fobia?
Existen diversos tratamientos indicados para ayudar a quienes padecer de fobias, y dependiendo de cada caso algunos son más adecuados que otros. Desde el psicoanálisis hasta las terapias conductistas, desde el tratamiento por aproximación gradual a la fuente de los temores hasta hipnosis, pasando también por una amplia gama de medicamentos para controlar la ansiedad y psicofármacos, las opciones de tratamiento son muy variadas. De cualquier manera, hay que evaluar a cada paciente en particular, porque lo que funciona en algunos casos podría no ser bueno en otros, e incluso resultar contraproducente. Por ello, a la hora de tratar una fobia, en la decisión siempre debe intervenir un profesional (un médico, un psicólogo o un psiquiatra).

 Tratamiento:
Debido a que las fobias pueden afectar la vida cotidiana de quienes las padecen, hasta el punto de acarrearles verdaderos disturbios a sus relaciones afectivas, su entorno laboral y su vida privada, muchas personas realizan consultas acerca de un posible tratamiento de las fobias, ya sea para erradicar la fobia o para aprender a vivir con ella. Es importante saber que las fobias no suelen desaparecer por sí solas, por ello es muy importante buscar ayuda.
Para iniciar un tratamiento, lo primero es tener el diagnóstico de un profesional (ya que lo que se puede confundir con una fobia específica podría ser en realidad un trastorno de ansiedad, o algo circunstancial). Es importante conocer los diversos factores implicados en el problema (qué desencadena la fobia, qué la predispone, qué soluciones se han intentado). El paciente y el especialista deben mantener una relación fluida que les permita elaborar objetivos a alcanzarse con el tratamiento.
Las fobias específicas suelen tratarse mediante psicoterapia, que, a la vez que le enseña al paciente las causas de su fobia, le aporta técnicas para ir dominando la ansiedad ante el estímulo desencadenante. Las técnicas para controlar la respiración y la tensión muscular también pueden ser de gran utilidad.
Lo fundamental a la hora de tratar una fobia es estar decidido a superarla, no desilusionarse si los resultados tardan en aparecer, ponerse metas claras y posibles (no imaginar situaciones imposibles de cumplir.
Luego hay que establecer un día determinado para comenzar el tratamiento, habiéndose armado de paciencia. Finalmente, valorar todos y cada uno de sus logros, ya que por pequeños que puedan parecer implican siempre un gran paso.

Valeria Bronstain
Consultora Psicológica

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